martes, 6 de noviembre de 2007

Ahora todo por la Copa

La iluisión era muy grande, la expectativa más aún. Casi 50 mil hinchas millonarios se acercaron al Monumental en un domingo que se prestaba para la ocasión. Las largas colas ya son cosa de todos los días en cada partido de River (mientras los "genios" que organizan los operativos no se iluminen y habiliten todos los ingresos seguirá siendo así). Una vez adentro de la cancha, entre el público se notaba la algarabia y las ansias por lograr una victoria (se notaban casi tanto como los pozos del campo de juego). Las cintas blancas, rojas, y blancas otra vez, estaban listas para ser desplegadas cuando salga el equipo, para así pintar toda la tribuna Sívori con nuestros colores.
Debajo de la tribuna descansaban los 3 mil kilogramos de diarios que se encargaron de subir los propios hinchas allá por las 9,30 de la mañana. Porque dicen que al que madruga dios lo ayuda... pero esta vez no fue tan así. Independiente se puso en ventaja con un cabezazo de Matheu apenas pasado el primer cuarto de hora. La reacción de River era parcial, hacía agua por izquierda con Abelairas y Ponzio y no reaccionaba. Denis bajaba los pelotazos largos a espaldas de los defensores como quería. De a poco River comenzó a dominar el partido, Independiente a hacer tiempo y a encerrarse en su arco. Así, cuando se iba la primera etapa, Belluschi clavó un cabezazo que puso el empate transitorio.
Llegó el entretiempo y las corridas debajo de las tribunas se vislumbraban. ¿Otra vez las internas de la barra? No no, esta vez es la gente de River llevando las cajas y paquetes con diarios para repartirlos en la tribuna. De esta manera, el ingreso al terreno de juego de los jugadores de cara al segundo tiempo se dió baj una lluvia de papelitos, con el "River, mi buen amigo..." que retumbaba por todo Nuñez.
El segundo tiempo fue aburrido, la llama de la ilusión del público se fue apagando a medida que pasaban los minutos. Y llegó el final del partido con un resultado que deja a los dos afuera de la lucha por el torneo local. Y ahora no queda otra, a pensar en Arsenal, en el partido del jueves por la Sudamericana en Sarandí.
El público despidió al equipo con un tibio "Por la Copa cueste lo que cueste, por la Copa tenemos que ganar...". Es que, claro, se acababa de romper una ilusión y ya se estaba encendiendo la otra...

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